Existen diversas razones por las que un bebé puede mostrar resistencia a gatear, y muchas veces están relacionadas con su desarrollo físico o emocional. Por ejemplo, algunos bebés pueden tener hipotonía muscular, lo que dificulta el esfuerzo necesario para mantenerse en cuatro patas.

Otras causas comunes incluyen la falta de motivación o interés, ya que el bebé podría preferir otros medios de desplazamiento como rodar o arrastrarse. También es importante considerar que algunos bebés pueden estar experimentando molestias, como dolores en las encías o en las articulaciones.

  • Temor o inseguridad: Por no sentirse lo suficientemente fuertes o coordinados.
  • Espacios limitados: Un entorno con poco espacio para moverse puede desanimar el gateo.
  • Preferencia por otras habilidades: Algunos bebés desarrollan primero la marcha asistida o el equilibrio sentado.